sábado, 20 de febrero de 2010

"Guarreridas" culinarias

 
Imagen robada prestada de dolordemuelas.blogspot.com

Hoy mientras estaba lavando los platos me quedé mirando a un plátano que me sonreía aguardaba su cruel destino en el frutero y se me pasó por la cabeza que sería una buena idea comérmelo en bocata hecho rodajitas. No sería la primera vez que cometo semejante disparate. Aunque soy la tía más tiquismiquis del mundo en lo que a comida se refiere, debo reconocer que a veces he llegado a comer auténticas marranadas. No hasta el punto de los bocatas de chorizo con Nocilla (Burger King nos guarde) pero sí que fui en cambio una de esas niñas que en las fiestas de cumpleaños mojaba patatas fritas en la Coca Cola. Menos mal que a esas edades tenemos el sentido del gusto atrofiado, pero aún con la edad seguí degustando cosas raras, raritas y otras directamente asquerosas:

  • Bocata de queso con miel o azúcar. Si es queso de bola holandés, más rico aún, aunque el García Baquero tampoco se queda lejos.
  • Pan con plátano. Y lo sigo disfrutando, ñam ñam.
  • Gusanitos y patatas fritas mojados en refresco. Marranadas de la época del parvulario. Y luego nuestras madres se preguntaban por qué llegábamos a casa vomitando...
  • Yogures con tropezones de pan. Riquísimo aunque no lo parezca. Imagínate que es una sopa o una vichyssoise y pa' dentro, verás qué nutritivo.
  • Galletas María con salchichón o atún. Bocatto di cardinale
  • Bocata de ketchup. Mi merienda favorita cuando venía de bañarme en el río. Es que soy de pueblo, pueblo.
  • Sandwich de yogur. Un error de infancia que todavía sigo lamentando y que me persigue en mis peores pesadillas. La culpa la tiene Leticia Sabater. De eso y de la crisis.
  • Natillas con pimienta negra. Confundí el frasco de pimienta con el de canela. Lo más curioso es que sólo me di cuenta cuando ya me había comido la mitad.
  • La cáscara de una castaña que confundí con un trozo de chocolate porque no llevaba las gafas puestas. ¿Hace falta que explique más?
  • Pan con queso y pipas de girasol (peladas, of course). Rico, rico, que diría el cocinero pajero Arguiñano
  • Yogur con cereales. Que sí, que ya lo sé, que no es una mezcla tan rara. Pero creo que la persona a la que se le ocurrió que pegaban bien se merece que le metan una somanta de guantazos, porque hay que ver qué mejunje tan rarito sale de ahí. Las texturas no pegan ni con cola, y el sabor...pfff
  • Yeso. Sí, de pequeña me comía la pared de mi cuarto a bocados. Ese sabor tan acidillo del yeso me llamaba. También probé la tierra y las tizas. Era una época chunga de mi vida, andaba medio rebelde...
  • Melón con jamón. No lo he probado, ni lo pienso hacer, me niego a poner eso en mi boca. Y me da igual si lo ponen en todas las bodas (junto con los dátiles con bacon alrededor, otra marranada) PA-SO.
  • Bocata de queso y patatas fritas de bolsa/Doritos Esto lo hacen en los States, aunque también sabemos que por esos lares comen muchas guarrerías, pero está bueno, doy fe de ello.
  • Sandwich con jamón  york y mayonesa. Aprobado. Para mí usar la mayonesa con otra cosa que no sean mariscos, ensaladillas, hamburguesas o patatas fritas siempre será una guarrería. Deliciosa, eso sí.
  • Pan con mantequilla y Cola Cao. Más conocido como la Nocilla de los pobres. Lo solía hacer de pequeña. A falta de Nocilla/Nutella en casa, buena es la  imaginación de una cría hambrienta y con ínfulas de científico loco.
  • Pan con mantequilla y queso rallado. Preferible a ese alimento de Satanás intragable llamado Tranchettes. El mejunje resultaba exquisito al paladar si le dabas antes un golpecito de horno.
  • Bocata de San Jacobo o palitos de merluza y mayonesa. La adaptación poligonera del bocata de calamares, ese manjar de los dioses típico de tascas infectas y bares de carretera que te pillan camino de Torrevieja o la Manga en las vacaciones de verano. La Negra likes very much.
  • Batido de yogur natural y zumo de naranja. La versión pobre y casera del Actimel de naranja. Pasable pero refrescante.
  • Pan con agua. Sólo para esas ocasiones especiales en que ningún manjar te parece lo suficientemente refinado.
  • Roscón de Reyes con mantequilla o aceite de oliva. Eso sí, sin relleno, sin la mierda de frutas escarchadas que le ponen por encima y hecho tostadas. Delicioso.
  • Tostadas con vinagre. Un día confundí el vinagre con el aceite y como no quedaba más pan me tuve que joder y comerme la puta tostada. Asqueroso, oiga, pero cosas más repugnantes me he llevado yo a la boca...
  • Tinta para plumas. De la que viene en cartuchos recargables. Tenía un gustirrinín ácido especial...
  • Pollo con canela. A mi madre le dio una época por echarle todo tipo de especias al pollo. Está asqueroso...
  • Pollo guisado con mantequilla de cacahuete. Es un plato típico del país de mi cuñaoooo, y pega muy bien con el arroz blanco. Lo malo es que yo no tolero ni un sólo sabor dulce con el pollo, pero hay que probarlo antes de juzgarlo, te puede sorprender.
  • Bocata de tortilla francesa con salsa barbacoa. Hasta un cadáver de varios días puede resultar delicioso con un buen chorro de salsa barbacoa, no puede fallar.
  • Crêpes cortados en tiritas y aderezados con chocolate como si fueran tallarines con tomate. Delicioso pero igualmente curioso.
  • Bizcocho infestado de hormigas. Sólo cuando di el primer bocado y noté un extraño y desagradable sabor ácido y picante al mismo tiempo descubrí que el bizcocho venía con inquilinos dentro. Aún sigo traumatizada.
  • Kebab relleno de patatas fritas. Bueno, esto en sitios como Francia es lo normal, pero aquí en España como que no se estila mucho...
  • Tiburón frito. Bueno, qué demonios, no era un tiburón asesino sino cazón, ¿pero a que impacta igualmente?
¿Y vosotros, qué marranadas habéis degustao?  No tengáis vergüenza, que estamos en familia.
Tampoco os perdáis este enlace, tiene tela marinera.

jueves, 18 de febrero de 2010

La maestra cocinillas

Hoy llueve a cántaros (para no variar) y me ha salido de la raba hacer unas palmeritas de hojaldre de las de toda la vida. He aquí el resultado:
 
Crujientes y dulces, ñam, ñam. Las más feas las he escondido debajo de las otras.

Llevaba días con antojo de hacerlas desde que ví este vídeo:

Qué tía más apañá...

Como podéis ver, es super fácil, con lo cual voy avisando de que NO voy a hacerle palmeritas a nadie, el que tenga dos manos que se las haga él solito.  Y el que no las tenga que ni se moleste, porque si os dais cuenta tampoco tendrá con qué llevarse las palmeritas a la boca, ¿no?